Mar

A Marcela Pernía (1965-2009)


Quiebre en la línea del poema
sin luna
ni cigarros
noche en el pulso
que te evoca

Repto por los muros
araño, muerdo
excavando ecos
de tu voz
que declina entre
mis uñas
rotas
Tu voz
que es brisa
perdida en el mar

Y no hay más azul para mis ojos
solo el imposible
oscuro
ciego
instante que se acaba
La deriva deletreando
un horizonte.





Mímica final

Un gesto
la boca torcida, el asco perfecto
mirada inquieta saltando hacia otros ojos
resbalando de los mios
como engrasando la secuencia de mis planos
nunca tomados.

Trazo. Líneas fugitivas,
tu mirada
danzando de línea en línea
frente a mi punto de espera
pupila
que te sabe, en su intacto borde minúsculo
latiendo en espera
reduciéndose lentamente hasta ser
polvo, ojos, granizo incesante
mirando otro horizonte.







Al filo del silencio

Un corte es un infinito
roto en otro infinito.
(Roberto Juarroz)



Sustraida de las horas
la densidad del minutero
se alarga como un látigo
de ecos
.......... en la noche
y el vino ya no es vino
......................... a no ser
por la tinta derramada.

Sacudo
la maldita cobardía del espejo,
afilando la voz de los abismos
que deletrean tu pálido nombre
tan temprano

agujero
sin agujero
por el que escribo.

Rompo
rompo el escrupuloso tedio del cálculo futuro
la estupidez de cuidarnos las espaldas
la palabra sin palabra
...................... a no ser
por el grito descubierto

entre el horizonte de tus dedos

palabra oblicua y animal
descarnada, ajena
alguien grita y sacude las esferas
mientras tu memoria salada
no cesa
en la espuma
del mar







Sin

yo sé, se sabe
que no sé, que no sé
que no sabes
que transcurre
..................y ocurre
aunque nada pase
aunque nada sepa
de ese instante ambiguo
de ese toque impalpable entre mis dedos
de horizonte
y… será que todo es, o no es
la forma de mantener se en pié de camino
tener camino
ese
se, no sé
arrugando el horizonte hasta el
punto
en el que escribo.



Cuerpo Río


Yo fui río también
y mis aguas cansadas huyeron
y yo me agosté
(Chabuca Granda)


Una fecha
número en la superficie del tiempo
olas
....... de horas
sonando en
el eco rumiante de mi vida.

Voy corriente
abajo
hurgando en las orillas
curvas serpenteantes del
tiempo.

El sonido de una piedra
al caer sobre la ruta de agua
me enamora

choque de tiempos
densidad aparente de otro cuerpo
cayendo sobre el mío

río

Piedra, calles, nombres
sucesión de partículas
fingiendo unidad

Cuerpo Rio
Cuerpo Piedra

imposible reunión
de texturas
.....suenan furiosas mis aguas
al estrellarse en tu
.....opacidad de piedra

caes
pesas

en la gravedad de un toque en superficie

Sólo el sonido arrasa
nuestra sustancia imposible

Cuerpo Río
recorriendo los bordes del tacto
¿Dónde una llanura para reposar mis aguas?

¿Dónde tu, Cuerpo Piedra?

Compacto peso
ardiendo al sol
....... humedeciéndote a mi paso

que solo sabes caer
para salpicar de instantes
mis fechas mojadas
insaciables
..........moribundas





Cuanticum

Nace el mundo
las piernas abiertas
pujando los días
desgarrando al tiempo.
La luz
se da
hacia la sombra
que
cede
envolviendo la luz.

Se-dan-dos
en el mundo
de piernas abiertas
sedando al ser desgarrado
parido eternamente
en un charco azul.





Balbuceo

Las palabras son pedazos de cuerpo
con los que pago esta insistencia.
Sola con la lengua
asisto al desvanecimiento del dueño
de los nombres.
Balbuceo.
Me atoro, carraspeo
sueno, toda, sueño.
con las manos sueltas,
tanteo el
deseo.



Anatomía de la letra

El camino de los dedos es el camino
la tinta sube por mis venas, ejercicio material. Descompresión.
Toca esta línea hasta sentir la punta del dedo en tu espalda.
La oreja en la tierra. la nariz en el muro.
Gata-ando hasta encontrar la textura del músculo,
el salto felino hacía la presa.

Poema me tientas, me tocas, aprietas.
Llevo horas viendo pasar letras que no escribo por el lienzo plegado de mi mente.
Llevo noches que aúllan entre silencios.
Grito desde mi escondite.

No
ya no

Me arrastro como un animal hambriento

va, va, va vamos por los muros derribados,
el papel arrugado, la palma de mi mano.
La huella
digital es la escalera
la brocha y el suspiro

deslizándose cuando caiga ese instante…


ella recorre una línea desde mi garganta
hasta la punta de los dedos.
Cuerda afinada haciendo surgir algunas voces,
en mi cuerpo de ecos y madera.






Batalla Final

Esta hora tiene sabor a recuerdo
a fugacidad.
Caen de mis brazos
la casa y el balcón con margaritas
el ladrido fiel de mi perro
el sol de Lima y sus orillas
caen mis manos
la tensión de mis músculos
arrugo un tiempo que no es
mio

La duración es una batalla
que no puedo sostener

Caigo en el espacio que tejí
a mis huesos
para emprender la soledad de la metáfora
sólo hace falta
pudrir los pasos en silencio
arañar las paredes del cuarto

en medio de palabras que modulo para
hacer cuerpo en el eco
canto
hartazgo en el camino de mi boca

Caigo enamorada,
de sus sílabas sincopadas
del músculo saboreando ningún significado
caigo en
la humedad de la lengua
entreverada en
la superficie blanca
que lame

besa, respira
gotea sudor.

Afino el instrumento,
naufrago en silencios sostenidos
la duración es una batalla
a la que me entrego

con una puntada
al borde
del silencio.



insomnio

Quién dijo
la luz está apagada
y el día corresponde a la ingrata circularidad del tiempo.
Las clases de ciencias y la exacta partitura de mi madre
no bastan.
No me basta la comida bien hecha
la casa arreglada
los días sin tregua
No bastan

Basta

Insisto en el instante
En el anhelo
Imposible
Insisto sin embargo
Ciega,
como una bestia sin pasado
muestra sus heridas.

Las cicatrices no son signo
son carne rota
deshilvanada
Mal amada, mal tomada.
Las heridas son sangre que no escribe

olor que quema y atraganta
texturas innombrables a mi piel.

Insisto

¿Dónde has puesto tu deseo? Preguntó ella
Mientras recorría pedazos de sábana.

Respira, nadie te escucha
Sólo esta bestia que acecha de madrugada
la cavidad sombría
el pecho inflamado
de lágrimas y baba, absurda
ciega.

versando

Versando la noche
encuentro tus ojos
derramando
la tinta negra
la mirada acabada.

Los ojos encuentran la noche
tarde o
temprano
y la noche es verso
sin ti.

cuerpos sin tiempo

I
¿Cuerpo amado?
¿Qué se ama en un cuerpo amado?
Cuerpo anudando abismos
¿El movimiento del cuerpo hacia el amor?
El movimiento del cuerpo hacia el amor, es como una danza
de signos, de tiempos.

Entre mi cuerpo y el tuyo
caben siglos de batallas disputando un trozo de nada.


II
Habitábamos los días, el tiempo indefinido y amorfo. Las siglas de las cosas que nunca fueron. Verte reír era un acontecimiento en la sequedad del espacio.
Soy un ser extraño que va por el tiempo como si el tiempo fuese un abismo sin paredes, o como si las paredes fueran hechas del latir de una ausencia

III
No soy, no soy, no soy, te digo. Devuélveme los ojos
para poder mirar el horizonte.
La memoria es una cárcel por la que hemos rondado.
¿Quién entiende este juego?
Te propuse instantes
me contestaste en paréntesis.
Y sin embargo hay un temblor común
que no es tu cárcel ni la mía.
Hay un tiempo no vivido que llora su inexistencia.
Tengo una sonrisa y varias ideas
frescas tiradas al viento
tengo un verso entre los dedos
un verso que tejería a tus entrañas.
Tengo espacio, tengo historia, tengo arrugas y
ganas.
Sin embargo
no tengo.

Tú, empañando la mirada dices:
tengo puertas que apuntan al olvido
sueños que dejaron de nombrarte.
No se qué hacer con el cello
que me regalaste, con esas cuerdas rotas
que anudaban los huesos del tiempo




IV
Yo sólo le temo a la muerte
de este juego de tiempos
sin espacio
de este juego de tiempos
despacio
este juego que gira
universos
versos sin cuerpo
besos
en los versos que quedaron

¿Que quedaron?






voces de ella

pulso el minuto detenido
el compás
como música obsesa

pas de tout

orilla salvaje de la línea
de mis manos
aprieta, sujeta
estrangula
la escena inevitable

La caída al compás
de una extrañeza
sin nombre
sin manos con
una línea disuelta en
mil
voces de ella.

Siempre al compás
de otra
orilla de pensamiento

pas de tout

ella
num beijo, bebe a tempestade do tempo
voce é ella

en la lengua extranjera del amor

Marea I

acaricio la esfera
desdentada de la luna
espera
anclada
pasan los días en sucesión que no comprendo
acaricio la esfera
¿dónde estan mis pálidos reveses?

acaricio la espera

como quién amasa pan
a la orilla del día
azul
la ceremonia impalpable del instante
el constante parpadear
salado
me duerme
detrás
la piel inabarcable
de la arena
te desarma
disuelve

una tras otra las olas esferan el aire por mis venas no puedo respirar mientras me traga el tiempo y sus disfraces la velocidad es una manera de no

verte
reflejo
derramado
en la
espuma anclada
de tus ojos

Pliegue

Esta incertidumbre con la que río
juego y respiro
los días que no llegan
tiene los ojos fuertes y enteros
tiene un horizonte azul, que al mirarlo
el pensamiento se abre, se bifurca, se entrevera

en mil, cien mil

Y yo,
-que ya no entro en mis palabras-
tengo horizonte y veo nada
tengo mar
-que conduce, que recorre-
y veo solamente líneas que
separan los nombres de sus huellas.

Y sin huella, sin nombre, sin memoria
teje el azul su límite salado,
su porvenir
su regresar
su estar
en el límite
en ese punto
en el que el mar detiene su danza
y te mira
con un pie en cada lado de la línea
-Intervalo de espuma-
todo pasa, todo
blanco y nuevo
recovecos de memoria con futuro
pliegues del tiempo.

Un pie en cada lado de la línea
al centro el alma debatiéndose
por sólo una huella que se quedó sin tiempo
y una palabra para decir
Océano
Mil veces
Una.

(A Heráclito)

Después, el irrelevante devenir
la sonrisa del destino se muestra
espejo
charco
pozo

estanque en la memoria.

Dos inmensas imágenes
se anudan, se penetran.

¿Cuándo voy?
¿Cuándo regreso?

Hoy me desperté con los ojos cerrados
el día en la ventana
deviene
viene
se-detiene.

Todo en el instante, nada en el tiempo.

El tirano con la fecha exacta
se acumula
se riega
se desplaza
sin retornos prometidos.

Margen, tras el margen de la espera
del irrelevante devenir.

in-finito?

y se dijeron
la noche
y se tocaron
el mar.

Alcanzarse, por intentar el universo.
Obsceno
abismarse

Mas allá de la voz y de la piel
mas allá del ser
dos bocas
nunca mas bocas.

Nunca mas tu
nunca mas yo.

solo el vano intento
inmortal.

vagabundas

Y las cosas
que no tienen respuesta
me rodean vagabundas.
Entre el intenso margen de mis dudas
las palabras salen de tus ojos
misteriosas.
Me miran mirar sus sílabas saladas
me miran multiplicada
en sucesivas imágenes de espuma.

Menos carne
mas preguntas

Miro, tus palabras deletrearme
transformarme en noche
en agua
en colores que no tienen más forma
que tus nombres.
Miro tus palabras
disolverme en una duda
que ya ni recuerdo.

Las preguntas son líquidos cristales
en donde me reflejo
yo misma
ya sin respuestas
vagabunda.

Creación

Al comienzo era el vacío
Y el vacío eras tu.
Cual suspiro inmenso
tragando mis palabras.

Ayer te decía, en sueños, mi universo
mi latitud y mi horizonte.
Mi arena sagrada, era voz
aliento que llega a ti, carne de ti.
Ayer, a tu oído, centrífugo
cayó mi verso
diluido en sílabas
agujero del alma.

Sospecho que termino
que amanezco
sin el canto de tus manos
sin el grito.
Sin una campana que anuncie
tu costilla
ni que van ya siete días
y puedes ir descansando
de mi muerte.

ensayo sobre el tiempo

Ella se encuentra a mitad del olvido

toma al tiempo
con agua fría
traslada su material presencia.
Traga.
Duelen los tránsitos y las lágrimas que consigue derramar
solo en sueños.

Un sueño húmedo en el que ese objeto quedaba atracado en la garganta,
Un médico apunta con el bisturí en señal de delicada operación de abstracción.
Con anestesia no, dice ella. Temo a la anestesia.

Eso se encuentra a la mitad y sin anestesia
Toma tiempo
Toma aire y frota sus manos en la niebla
¿Qué transforma la risa en lágrima?
Ella se moja, Ella se agrieta
Ella, como muchas, redime su aliento con obscuros pájaros de invierno.

Ella recuerda, un compás rompe la espera

Todo es espacio sin tiempo cuando cierra los ojos y se entrega al silencio
con el cuerpo fuera del espacio, no llegan sus manos
a alcanzar el ángulo preciso de memoria.

Despacio
No hay geometría que alcance al deseo

El, Tiempo
con su constante sincronicidad la atempera, la fatiga, la traga, la expulsa.
Si Ella supiera que mi arritmia moja al Tiempo y sus compases.
Ay Ella
desplazo todos mis nombres hasta ti
me arrastro si es necesario
para abarcar el espacio vacío
que se abre entre el tiempo y mi garganta.
Tiemblo
Tiempo
tiemblo
Corta de una vez, sin anestesia
que este desplazar hasta Ella abre grietas cada vez mas amplias.
Porque Ella es lluvia que hay que quemar.
Y yo nada soy sin El que es, cuando todo falta.



tiempos suspensivos

Hay un ruido visceral en la esquina del mar
Las olas golpean un ángulo impalpable
a mis manos.
El olor recubre lo imposible.

Me despliego buscando nuevas tierras
Y es todo mar, sin costas.

Irse, irse, irse
¿Hacia donde si no hay puerta?
En la esquina del mar golpean las mareas, y estalla mi alma de espuma
brutal, empapada, revienta sobre rocas, sobre cielos, sobre nada.
Irse,
La casa, el árbol, cuyas raíces aprietan.
Reverso
Ondulación infinita, deriva azul, espanto de libertad.
Una cuerda
Una loca
Un nudo, en la garganta.
Garganta ancla de palabra y brisa

En la esquina del mar todos los sentidos son sólo ruido de espuma
Y allí soy,
fiera aullando sin palabras
hasta mojar el silencio, mojar el tiempo, inventar un recuerdo
enamorarme de ese espacio que se borra
del punto suspensivo
del lamer de una ola sobre la nada.

Días de barro

De vez en cuando salgo a caminar la vida
me duele hasta ahora el sonido del paisaje inacabado.
Nada me es familiar
la casa, los libros, la manzanilla antes de acostarme.
No se si detenerme o ir de una vez hasta el fin de lo esperado
hacia el cielo dilatado, hasta el suspiro -terrible delator-
Nada me pertenece
excepto la humedad de las palabras que dirijo al viento.
Nada ha sido mio
excepto la sospecha, el rumor, el desconcierto.
Nada, ni la música habitando soledades
ni el sabor del domingo fatigado.
Desnuda y prisionera de lo que nunca fue.
Terrible mano, la mia, agotada y ciega
terrible corazón, el tuyo, que desconoce mi llamado.
Muda al tacto frente a este inmenso cielo dilatado.

Vértigo que me posees.

Ser mujer es desposeerse, frente al límite.
Para ser yo misma -si eso es posible- hace falta tu mirada.
Nómbrame y desliza tu deseo entre mis manos
soy sólo barro enamorado de la luna
mientras dura la noche
mientras se agota el sueño.
Soy sólo el polvo por donde camina la vida
sin forma alguna
amando este cielo dilatado.
Nada me pertenece, salvo el vértigo
cuando salgo a caminar la vida.

Desconcierto I

El sonido primordial

Esta ciudad marcha sin treguas
teje y desteje
no importa si se rasga la piel o se enredan los sueños.
No pares, que el revés se vislumbra sin temores
desatado y ajeno.

Hoy veo las calles pasmadas y heridas.
Sin embargo parto desde el sonido hasta el eco
rebuscando una palabra.
El mundo en mi pecho ahoga este paso torpe.
El mundo en mi pecho haciendo una gran siesta
sin historia y sin nombre.
Camino, sin marchar a lo inmediato
pálidos reveses me acompañan para intentar
darle vueltas a esta noche.

Intentas descubrirme, tocarme, saborearme mientras
el rugido descongela un miembro extraño.
Intentas, intento,
tiento al sol
que gira en mis ausencia.

Desconcierto II

El silencio

Hoy la mañana transcurre sensata
no hay nada que agregarle al sol
no hay nada que omitir
en esta redonda repetición matinal.
Los días son días debido a algún ritmo endemoniado y ajeno
nada tienen que ver mis disonantes
Los días son los días
a pesar de esta noche sonora que
no acaba de dar vueltas absurdas en mi pecho.

Camina no más
que el espacio sobra y el sentido se agota.
La vida es la vida, dicen
por una extraña estética del caminar.
Yo, sin embargo,
me deslizo desde el sonido hasta el eco
hasta destejer la forma original.

Desteje y desteje
a ver qué queda de tu piel frente al viento.

Me deslizo en una serie de repeticiones evanescentes
hasta perder la escencia original
hasta que, imperceptible, devenga mi sonido.
Mi ubicación se determina, ya lo he dicho
desde un grito que explota los pulmones
arrasa el viento y las formas, y
regresa como vida envuelta en un suspiro.


Desconcierto III

Tu

Escuchaste y te cansaste de escuchar en mi garganta
Ecos viscerales me amamantan
en un tiempo no tan lejano al desamor.

Sírveme una taza de café, revuélcame en esta realidad de
despertadores y balanzas. Arráncame los párpados y enséñame a
rezar. A mirar el cielo embarrada de soledad. Porque no alcanzo
tus gestos, tu ciencia, tus mareas; no alcanza tu reloj mi cuerda
rota.
Yo crecí desde la punta de mis vértebras hasta el esternón. Mis
pechos, mi sexo, etc. Yo crecí cortándome el pelo y limando las uñas.
Yo crecí, pero no crecí.

Desconcierto IV

El Tiempo Elemental

Intento recorrer el tiempo elemental
erótico
tiempo
espacial

El tiempo es otro tiempo en el recuerdo
el tiempo, fusilando novedades, me persigue
el tiempo elemental que no transcurre calendarios
es el tiempo tubular inalcanzable.

No me esperes
tengo algunas fechas comiéndome neuronas
no me esperes en la línea elemental
sólo espirales disparando volúmenes inertes
soles laterales eclipsando al tiempo

sólo

soles

sola

Colócate en la cinta del tiempo circular
baila de revés en revés hasta fundirte
en este innato desconcierto
que me universa y redime de la línea y
el destino elemental.

Gira un poco más
arrítmico espejo mío
las calles siguen siendo calles de metal horizontal
las calles vienen del ayer hacia el ayer
las calles no saben bailar.

Algún extraño elemento circula en el destiempo.

Orbitas sin piel y sin historia.

Desconcierto V

La piel original

Toca, sigue tocando
la piel no se cansa de esperar.
Tacto,
despliegue del ser en el espacio
Curvo.
El camino se despliegua en desencuentros,
el camino cansado deslate la memoria.
Epidermis desde la línea hasta el tiempo original.
Desde la marcha ausente hasta el deseo.

Desorientado amador.

Teje con tus besos mi estatura,
el ancho de mi sombra y mis cadenas.
Arranca el grito envuento en mis pulmones y
descuble un beso.
Envuelve mi piel en tus preguntas,
tu piel de sangre y ligamentos.
Teje en caliente punto,
en temblor de líneas
con un eco recuperado del vacío
un miembro extraño
el innombrado sexo.

¿No sabías que fuera de mi verso estas tu?
adentro transcurre tu ausencia
tu pálida palabra
mi soledad.
Adentro se calientan mis olvidos
mezcla del tejido original y del fluido.

Desorientado amador
por mis venas corren tus reveses.

Hoy lanzaré tus palabras al espacio
escupiré tu sangre
tragaré tus besos
y desataré el tiempo
de ti.