Pliegue

Esta incertidumbre con la que río
juego y respiro
los días que no llegan
tiene los ojos fuertes y enteros
tiene un horizonte azul, que al mirarlo
el pensamiento se abre, se bifurca, se entrevera

en mil, cien mil

Y yo,
-que ya no entro en mis palabras-
tengo horizonte y veo nada
tengo mar
-que conduce, que recorre-
y veo solamente líneas que
separan los nombres de sus huellas.

Y sin huella, sin nombre, sin memoria
teje el azul su límite salado,
su porvenir
su regresar
su estar
en el límite
en ese punto
en el que el mar detiene su danza
y te mira
con un pie en cada lado de la línea
-Intervalo de espuma-
todo pasa, todo
blanco y nuevo
recovecos de memoria con futuro
pliegues del tiempo.

Un pie en cada lado de la línea
al centro el alma debatiéndose
por sólo una huella que se quedó sin tiempo
y una palabra para decir
Océano
Mil veces
Una.

4 comments:

Anonymous said...

Irreductiblemente me llevas a Mishima.

Desde aquel viaje mío, entre los párrafos marcados en "Nieve de primavera", hay una escena con Kiyoaki y Honda frente al mar.
Leído frente al mar. Frente a esos mares y una paz indescriptibles.

Releído muchas veces, a la vuelta.

Una idea de "límite" que en principio me pareció inconcebible.
Pero luego no.

Tú hablas de él. También del tiempo. Mishima también.

Muchas veces estuve por transcribirlo a Letra deriva y no lo hice.

Bien quedará allí, para vos.

No sé si responde a tu poema, sólo sé que las tramas me siguen sorprendiendo, entre -intervalos de tiempo y espuma-.

Un beso enorme

Ani B. said...

Mar, me quedo en el límite con tu comentario, espero ese texto de Mishima en Letra Deriva.
Navegaré por las letras hasta encontrar un reverso de tiempo, un silencio frente al mar... un respiro para poder tejer con las manos mis pliegues,

Gracias por tanta inspiración y belleza, besos

Isabel Mercadé said...

Sí, una huella, es suficiente, la huella de la palabra, océano y a veces ni tan siquiera, sólo un gesto que evoca, apenas.
Bellísimo este pliegue.
Besos.

Ani B. said...

Gracias Bel, sí, sólo una huella para marcar la ausencia necesario, el devenir.
Este es un poema que hice el año pasado, mientras escribia la última parte de la tesis y me lanzaba a proponer una topología personal... pliegue inevitablemente me lleva a la orilla de un mar que recorre siempre mis costas de mujer que solo sabe vivir al lado del mar.

Gracias por tus palabras Bel, las estaba echando de menos. Ayer vi la nueva entrada en Amapolas, la leí y la mirada se volvió carne enredada entre palabras... no pude decir nada frente a ese mostruo, solo abrir el libro "aprendizaje, o el libro de los placeres" hasta quedar dormida.
Hoy creo que he recuperado la capacidad de decir algo sobre, asi que voy pa allá.
Beso grande