Anatomía de la letra

El camino de los dedos es el camino
la tinta sube por mis venas, ejercicio material. Descompresión.
Toca esta línea hasta sentir la punta del dedo en tu espalda.
La oreja en la tierra. la nariz en el muro.
Gata-ando hasta encontrar la textura del músculo,
el salto felino hacía la presa.

Poema me tientas, me tocas, aprietas.
Llevo horas viendo pasar letras que no escribo por el lienzo plegado de mi mente.
Llevo noches que aúllan entre silencios.
Grito desde mi escondite.

No
ya no

Me arrastro como un animal hambriento

va, va, va vamos por los muros derribados,
el papel arrugado, la palma de mi mano.
La huella
digital es la escalera
la brocha y el suspiro

deslizándose cuando caiga ese instante…


ella recorre una línea desde mi garganta
hasta la punta de los dedos.
Cuerda afinada haciendo surgir algunas voces,
en mi cuerpo de ecos y madera.






Batalla Final

Esta hora tiene sabor a recuerdo
a fugacidad.
Caen de mis brazos
la casa y el balcón con margaritas
el ladrido fiel de mi perro
el sol de Lima y sus orillas
caen mis manos
la tensión de mis músculos
arrugo un tiempo que no es
mio

La duración es una batalla
que no puedo sostener

Caigo en el espacio que tejí
a mis huesos
para emprender la soledad de la metáfora
sólo hace falta
pudrir los pasos en silencio
arañar las paredes del cuarto

en medio de palabras que modulo para
hacer cuerpo en el eco
canto
hartazgo en el camino de mi boca

Caigo enamorada,
de sus sílabas sincopadas
del músculo saboreando ningún significado
caigo en
la humedad de la lengua
entreverada en
la superficie blanca
que lame

besa, respira
gotea sudor.

Afino el instrumento,
naufrago en silencios sostenidos
la duración es una batalla
a la que me entrego

con una puntada
al borde
del silencio.



insomnio

Quién dijo
la luz está apagada
y el día corresponde a la ingrata circularidad del tiempo.
Las clases de ciencias y la exacta partitura de mi madre
no bastan.
No me basta la comida bien hecha
la casa arreglada
los días sin tregua
No bastan

Basta

Insisto en el instante
En el anhelo
Imposible
Insisto sin embargo
Ciega,
como una bestia sin pasado
muestra sus heridas.

Las cicatrices no son signo
son carne rota
deshilvanada
Mal amada, mal tomada.
Las heridas son sangre que no escribe

olor que quema y atraganta
texturas innombrables a mi piel.

Insisto

¿Dónde has puesto tu deseo? Preguntó ella
Mientras recorría pedazos de sábana.

Respira, nadie te escucha
Sólo esta bestia que acecha de madrugada
la cavidad sombría
el pecho inflamado
de lágrimas y baba, absurda
ciega.

versando

Versando la noche
encuentro tus ojos
derramando
la tinta negra
la mirada acabada.

Los ojos encuentran la noche
tarde o
temprano
y la noche es verso
sin ti.

cuerpos sin tiempo

I
¿Cuerpo amado?
¿Qué se ama en un cuerpo amado?
Cuerpo anudando abismos
¿El movimiento del cuerpo hacia el amor?
El movimiento del cuerpo hacia el amor, es como una danza
de signos, de tiempos.

Entre mi cuerpo y el tuyo
caben siglos de batallas disputando un trozo de nada.


II
Habitábamos los días, el tiempo indefinido y amorfo. Las siglas de las cosas que nunca fueron. Verte reír era un acontecimiento en la sequedad del espacio.
Soy un ser extraño que va por el tiempo como si el tiempo fuese un abismo sin paredes, o como si las paredes fueran hechas del latir de una ausencia

III
No soy, no soy, no soy, te digo. Devuélveme los ojos
para poder mirar el horizonte.
La memoria es una cárcel por la que hemos rondado.
¿Quién entiende este juego?
Te propuse instantes
me contestaste en paréntesis.
Y sin embargo hay un temblor común
que no es tu cárcel ni la mía.
Hay un tiempo no vivido que llora su inexistencia.
Tengo una sonrisa y varias ideas
frescas tiradas al viento
tengo un verso entre los dedos
un verso que tejería a tus entrañas.
Tengo espacio, tengo historia, tengo arrugas y
ganas.
Sin embargo
no tengo.

Tú, empañando la mirada dices:
tengo puertas que apuntan al olvido
sueños que dejaron de nombrarte.
No se qué hacer con el cello
que me regalaste, con esas cuerdas rotas
que anudaban los huesos del tiempo




IV
Yo sólo le temo a la muerte
de este juego de tiempos
sin espacio
de este juego de tiempos
despacio
este juego que gira
universos
versos sin cuerpo
besos
en los versos que quedaron

¿Que quedaron?






voces de ella

pulso el minuto detenido
el compás
como música obsesa

pas de tout

orilla salvaje de la línea
de mis manos
aprieta, sujeta
estrangula
la escena inevitable

La caída al compás
de una extrañeza
sin nombre
sin manos con
una línea disuelta en
mil
voces de ella.

Siempre al compás
de otra
orilla de pensamiento

pas de tout

ella
num beijo, bebe a tempestade do tempo
voce é ella

en la lengua extranjera del amor

Marea I

acaricio la esfera
desdentada de la luna
espera
anclada
pasan los días en sucesión que no comprendo
acaricio la esfera
¿dónde estan mis pálidos reveses?

acaricio la espera

como quién amasa pan
a la orilla del día
azul
la ceremonia impalpable del instante
el constante parpadear
salado
me duerme
detrás
la piel inabarcable
de la arena
te desarma
disuelve

una tras otra las olas esferan el aire por mis venas no puedo respirar mientras me traga el tiempo y sus disfraces la velocidad es una manera de no

verte
reflejo
derramado
en la
espuma anclada
de tus ojos

Pliegue

Esta incertidumbre con la que río
juego y respiro
los días que no llegan
tiene los ojos fuertes y enteros
tiene un horizonte azul, que al mirarlo
el pensamiento se abre, se bifurca, se entrevera

en mil, cien mil

Y yo,
-que ya no entro en mis palabras-
tengo horizonte y veo nada
tengo mar
-que conduce, que recorre-
y veo solamente líneas que
separan los nombres de sus huellas.

Y sin huella, sin nombre, sin memoria
teje el azul su límite salado,
su porvenir
su regresar
su estar
en el límite
en ese punto
en el que el mar detiene su danza
y te mira
con un pie en cada lado de la línea
-Intervalo de espuma-
todo pasa, todo
blanco y nuevo
recovecos de memoria con futuro
pliegues del tiempo.

Un pie en cada lado de la línea
al centro el alma debatiéndose
por sólo una huella que se quedó sin tiempo
y una palabra para decir
Océano
Mil veces
Una.

(A Heráclito)

Después, el irrelevante devenir
la sonrisa del destino se muestra
espejo
charco
pozo

estanque en la memoria.

Dos inmensas imágenes
se anudan, se penetran.

¿Cuándo voy?
¿Cuándo regreso?

Hoy me desperté con los ojos cerrados
el día en la ventana
deviene
viene
se-detiene.

Todo en el instante, nada en el tiempo.

El tirano con la fecha exacta
se acumula
se riega
se desplaza
sin retornos prometidos.

Margen, tras el margen de la espera
del irrelevante devenir.

in-finito?

y se dijeron
la noche
y se tocaron
el mar.

Alcanzarse, por intentar el universo.
Obsceno
abismarse

Mas allá de la voz y de la piel
mas allá del ser
dos bocas
nunca mas bocas.

Nunca mas tu
nunca mas yo.

solo el vano intento
inmortal.