Desconcierto III

Tu

Escuchaste y te cansaste de escuchar en mi garganta
Ecos viscerales me amamantan
en un tiempo no tan lejano al desamor.

Sírveme una taza de café, revuélcame en esta realidad de
despertadores y balanzas. Arráncame los párpados y enséñame a
rezar. A mirar el cielo embarrada de soledad. Porque no alcanzo
tus gestos, tu ciencia, tus mareas; no alcanza tu reloj mi cuerda
rota.
Yo crecí desde la punta de mis vértebras hasta el esternón. Mis
pechos, mi sexo, etc. Yo crecí cortándome el pelo y limando las uñas.
Yo crecí, pero no crecí.

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