voces de ella

pulso el minuto detenido
el compás
como música obsesa

pas de tout

orilla salvaje de la línea
de mis manos
aprieta, sujeta
estrangula
la escena inevitable

La caída al compás
de una extrañeza
sin nombre
sin manos con
una línea disuelta en
mil
voces de ella.

Siempre al compás
de otra
orilla de pensamiento

pas de tout

ella
num beijo, bebe a tempestade do tempo
voce é ella

en la lengua extranjera del amor

6 comments:

Anonymous said...

Marejada de latidos que se acompasan sobre orillas marítimas.

La hoja en blanco es tempestad, con sed de cantos que rozan lo inabarcable.

Así te leo mujer, como un acantilado llama al vértigo de un pájaro.

Ani B. said...

"el lecho vacío de una página en blanco"... cuánto tocaste con ese memorable poema.

La hoja en blanco... es tempestad, cierto. Que desasosiego de escritura, que temblor, cuánto mar, Mar.

Si me lees "cómo un acantilado llama al vértigo de un pájaro", entonces no puedo parar de rasgar la piel del silencio.

Tienes un poema, Mar...

Besos al vuelo

Isabel Mercadé said...

Y es cierto que a veces las frases más certeras lo son tanto que parecen obviedades. Como esa extrañeza sin nombre...sí, imposible nombrarla, todo un hallazgo decirlo.
Un abrazo, Ani.

Ani B. said...

Depende dónde pongas el punto, querida Bel...
el "sin nombre", quizá no está asociado a "una extrañeza"
¿donde colocamos la falta de nombre?
mmmmm... te lo digo yo, que no se quien soy.

Besos

Isabel Mercadé said...

Y ¿quién lo sabe? Sabes, sin embargo mucho, por ejemplo, ese no saber (cuya fuente de sabiduría ya nos descubrió Sócrates) y sabes nombrar esos pliegues que ocultan tantos saberes.
Un abrazo, querida Ani.

Ani B. said...

esos pliegues-heterónimos. Inventar otros nombres mmmmm, a partir del centro vacío que habita cada uno.
Yo solo pliego papeles, hago origami.
(sigo en la sorpresa!)
Beso grande